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Entra en funcionamiento la rama cibernética de la Europol


Logo del EC3

El Centro Europeo contra el Cibercrimen (EC3 por su nombre en inglés, European Cybercrime Center), una extensión del cuerpo policial de la Unión Europea (Europol) fue presentado el pasado viernes 11 de enero, pese a que ya había entrado en funcionamiento con el nuevo año, con el objetivo de luchar contra los delitos cibernéticos en el territorio de la Unión.

Se estima que, cada año, los ciudadanos de la Europa unida son víctimas de fraudes, estafas y robos por valor de 1.500 millones de euros. El EC3 vigilará especialmente aquellos delitos relacionados con el ámbito financiero, los abusos a menores, y defenderá las infraestructuras que estén conectadas a la Red, de posibles ataques cibernéticos.

Entre estas últimas podemos contar desde centrales nucleares hasta redes empleadas por los ejércitos de los diferentes países que conforman la Unión, pasando por sitios que ofrecen servicios a los ciudadanos.

Si bien el EC3 supondrá una molestia para los cibercriminales, es poco probable que acabe con el cibercrimen en el viejo continente. Muchas de estas prácticas se realizan desde países de la Europa del Este o desde China, con la vista gorda o aquiescencia de las autoridades locales (cuando no directamente su cooperación, pues estas mafias pueden ser parte de los ciberejércitos en una futura guerra), y la expresa dificultad de identificar a los culpables.

El EC3 supone un pequeño paso adelante hacia una ciberpolicia global, una idea acariciada por algunas personas como, por ejemplo, el informático y empresario Eugene Kaspersky, cofundador de la empresa que lleva su apellido, y dedicada a productos de seguridad informática.

No obstante, la posibilidad de conseguir materializar dicho cuerpo policial aún queda lejos, puesto que las diferencias culturales y de intereses dificultarán aún por mucho tiempo que los diferentes países lleguen a un entendimiento.

Esto es una ventaja para los ciberactivistas que apuestan por una Red totalmente libre y sin ningún control, evidentemente menos aún de tipo policial.



Por Guillem Alsina, el 31/01/2013.

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