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El fracaso del DRM: la Televisión digital, el cine y la música


El representante de MPA (Motion Picture Association), Jill Williams pasó un mal momento en Argentina, pero igual declaró: ‘Hay que evitar que todos se conviertan en radiodifusores’, refiriéndose al miedo que tiene la industria con respecto a la digitalización de contenidos de televisión.

Sabemos que cuando algo se vuelve digital, su apropiación y distribución por parte de la población suele ser expansiva y que no respeta las leyes o mecanismos (muchas veces De dudosa legalidad) que quieren encorsetar la cultura.

Eso es así, sino, miren lo que dijo recientemente el presidente de Apple, Steve Jobs: ‘Los DMR no han funcionado y nunca funcionarán para detener la piratería musical.’ Es decir que la gran industria de la música deberá aceptar una derrota fulminante.

Pero para evitar la divulgación por Internet de los contenidos de la futura TV digital abierta, la MPA ya comenzó a presionar en el sentido de lograr que los contenidos tengan determinadas restricciones tecnológicas.

En la Secretaría de Comunicaciones de la Nación Argentina Williams de la MPA dijo: ‘La piratería ya no es cosa de expertos. Internet permite ser el medio para extender este tipo de delitos’. Así como en el pasado muchos creían que se dejarían de vender libros porque aparecía la fotocopiadora, o más tarde los libros electrónicos, la MPA parece creer que se dejarán de ver los estrenos en TV porque la gente podrá copiarlos desde su PC.

Sucede que Williams es representante de grandes (enormes) empresas cinematográficas, miremos un poco el catálogo: Disney, Paramount, Sony, Fox, Universal, Warner Bros… y la idea de que una película emitida digitalmente en TV abierta pueda ser grabada en una PC y redistribuida por cualquier persona, lógicamente atenta contra sus negocios.

Del lado opuesto del espectro ideológico y filosófico, Federico Heinz, activista del movimiento del Software Libre, perteneciente a la Asociación Civil Vía Libre y FSF, se presentó junto a otros activistas y le regaló un CD a Williams que permite que una PC esté lista para reproducir cualquier dispositivo audiovisual que sufra previamente algún tipo de restricción, cosa que Williams no aceptó por considerarlo ilegal… (…)

En definitiva, ya existen métodos para frenar las posibles copias de programas de TV: encriptación o codificación previos a la transmisión, mediante un sistema implementado en Japón desde hace 3 años, y otro sistema que requiere que el equipo receptor realice la represión del contenido, al estilo DRM.

Está en juego si la televisión de aire seguirá siendo libre y gratuita, es decir, está en juego la democratización o no de un medio difusor de cultura con alto nivel de llegada en todo el país argentino. El COMFER aún no sabe qué actitud tomar frente a las restricciones que quieren imponer las grandes cinematográficas.

Si se me permite hacer algo de ‘futurismo’, opino que no habrá manera de frenar la redistribución de contenidos digitales, se apliquen las restricciones que se apliquen; por ejemplo, el mismo Steve Jobs, presidente de Apple acaba de pedirle a los principales sellos discográficos que eliminen de los discos compactos los sistemas de protección DRM que impiden reproducir la música en dispositivos MP3. El DRM fracasó, tanto como medio para frenar la copia de películas en disco HDDVD y Blu-Ray (sus mecanismos anticopia fueron crakeados recientemente), y como medio para frenar la copia de música en discos compactos o en cualquier formato.

Una vez más, las grandes empresas proponen, y el pueblo dispone…

Por eso es que el fabricante de los reproductores más exitosos, los iPods, pide a la discográficas que vendan música sin los sistemas anticopia conocidos como DRM: ‘Si ese requerimiento fuera removido, la industria musical debería experimentar una afluencia de nuevas compañías deseosas de invertir e innovar en nuevas tiendas. Eso sólo puede ser visto como algo positivo para las compañías musicales’.

Jobs piensa que la eliminación de los sistemas DRM mejorarán las ventas de música online. Sucede que básicamente los usuarios sabrán que la música que compran puede ser manipulada para realizar copias de seguridad, trasladarla a diferentes equipos, e incluso compartirla con sus amigos: todas estas libertades de uso son valoradas por la mayoría de los consumidores en su relación con la música (sentido común!).

Ahora están en la mira sellos como Universal Music Group, Bertelsmann, Warner Music Group, o Vivendi.

Los números son clarísimos: durante 2006, la venta de música online sin represión DRM supuso un total de 20.000 millones de unidades, 10 veces más que la música online con DRM. La idea de Steve Jobs es mejorar las tácticas de venta en lugar de mejorar o implementar sistemas de represión digital. ¿Quién diría que la gran industria sacaría tal conclusión?

Hace unos meses, cuando los activistas del Software Libre comenzaban a alertar sobre los inconvenientes de los DRM en cuanto al daño que producen en las libertades individuales y sociales con respecto a la difusión de la cultura, eran un reducido grupo protestando, informando y llamando a la acción… ahora que pasó el tiempo, siendo incluso que la ‘batalla cultural’ aún continúa, la realidad del mercado muestra por sí misma la locura que supone un sistema tan represivo como el DRM y las tendencias populares a no aceptarlo (por simple sentido común), al menos en un principio.

Los DRM están fracasando rotundamente, mientras la Televisión digital, el cine y la música correrán libremente por la red

Más información:

http://defectivebydesign.org/es/faq

http://www.canal-ar.com.ar/Noticias/NoticiaMuestra.asp?Id=3570

http://www.eluniversal.com.mx/articulos/37893.html



Por Marcos Guglielmetti, el 10/02/2007.

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