Sistemas

Las redes sociales corporativas, sustitutas del e-mail en la empresa


LinkedIn, el paradigma de la red social profesional

LinkedIn, el paradigma de la red social profesional

Uno de los principales problemas derivados de las nuevas tecnologías con los que se encuentran a día de hoy las empresas es el tiempo que pierden los empleados limpiando sus cuentas de correo electrónico.

Incluso si se dispone de un sistema anti-spam corporativo o si cada usuario ha tenido la precaución de buscarse uno por su cuenta, este tipo de soluciones lo que hacen es desviar los mensajes que suponen indeseados (gracias a filtros ‘inteligentes’ que aprenden como clasifica el usuario los mensajes) hacia una carpeta que, posteriormente, deberá revisar el propietario del buzón para asegurarse que todo lo que ha ido a parar allí es, efectivamente, spam.

También abundan en esta casuística los mensajes enviados por amigos, conocidos y familiares, muchos de ellos estas populares cadenas con presentaciones en powerpoint que nos muestran los lugares más bellos del planeta, las injusticias cometidas por unos determinados políticos, o una serie de chistes.

Si bien la comunicación dentro de las grandes empresas sigue siendo esencial, estos son problemas que deben evitarse, y las redes sociales corporativas aportan una buena solución.

No estoy hablando de utilizar Facebook como plataforma comunicativa (esto aún provocaría mayor distracción y pérdida de tiempo de la que ayudaría a eliminar), ni siquiera de la profesional LinkedIn, si no en redes cerradas y construidas ex-profeso para las empresas en las que van a ser utilizadas.

Naturalmente, las empresas usuarias de este tipo de soluciones son grandes compañías de cientos o miles de trabajadores, que amortizan sobradamente el coste de creación y las horas invertidas para enseñar a los trabajadores el funcionamiento de la nueva herramienta. A su favor juega el hecho de que, al ser una herramienta interna, los comunicados internos están disponible a través de la mensajería integrada, sin ser buzones susceptibles de recibir spam, y si se quiere contactar con alguien de fuera se puede crear una pasarela hacia el correo electrónico tradicional o pasar a utilizar esta otra herramienta.

Además, las redes sociales corporativas también tienen la virtud de fomentar el conocimiento entre trabajadores de la misma empresa que, de otra forma, lo tendrían más difícil para entablar contacto. Las sinergias que esto propicia pueden acabar en nuevos productos o servicios, o a la mejora de procesos internos.

Las empresas más pequeñas y las start-ups no pueden permitirse una de estas herramientas ex-profeso, pero pueden conseguir buenos resultados adoptando una de las numerosas redes profesionales para desempeñar tal rol.



Por Guillem Alsina, el 23/08/2012.

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