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Compraventa de followers en Twitter


Hace unos días, el prestigioso The New York Times denunciaba diversos casos de grandes firmas que han comprado seguidores (followers) en la red social de microblogging Twitter, basándose en un estudio llevado a cabo por los investigadores italianos Andrea Stroppa i Carlo De Micheli.

Dicho estudio se centra en las subidas abruptas y puntuales de seguidores, señalando a varias grandes marcas cuyo número de followers se ha visto disparado en una sola jornada, y comparándolo con alguna otra que ha venido manteniendo un crecimiento sostenido, siempre más acorde con una subida muy puntual, localizada y brutal de seguidores, inexplicable desde el punto de vista de una campaña de márqueting corriente.

Las marcas implicadas son el fabricante de bolsas y maletas de lujo Louis Vuitton, la marca automovilística alemana Mercedes-Benz, el candidato republicano en los últimas elecciones a presidente de los Estados Unidos, Mitt Romney, o la multinacional de los refrescos Pepsi.

En contraposición a estas, se pone como ejemplo a Starbucks, una marca cuyo crecimiento en Twitter ha sido continuado y sostenido, sin grandes estridencias y sin "subidones" puntuales, una curva lógica si pensamos en el impacto a medio y largo plazo que acostumbran a presentar las campañas de márqueting.

Otro caso de presunta compraventa de followers en la red de microblogging saltaba hace pocas semanas salpicando, precisamente, a una estrella mediática nacida en Internet, el joven cantante canadiense Justin Bieber. Se conocía que sobre la mitad de los ‘beliebers’ de Twitter son cuentas falsas.

Si bien estas prácticas no son ilegales y, por lo tanto, no pueden ser denunciadas ante la ley, las condiciones de uso de Twitter indican que pueden ser motivo de expulsión de la red de microblogging, y están mal vistas por los usuarios. Si están tan extendidas es por dos simples motivos: el primero y más básico es que sale a cuenta llevarlas a cabo, puesto que lo que se cobra por paquetes de cuentas muy grandes es relativamente poco (pongamos 25 dólares por mil o dos mil followers), pero se venden cantidades de estos paquetes y, además, las cuentas se pueden reutilizar siguiendo a varias empresas.

El segundo motivo es que, pese a que dichas cuentas pueden ser descubiertas con suma facilidad por Twitter, también es fácil crearlas, y se pueden disimular bastante bien alargando su vida útil y, por lo tanto, su rendimiento económico.



Por Guillem Alsina, el 09/05/2013.

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