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¿Qué pasó con los cambios de Facebook?


Finalmente, y frente al aluvión de críticas y mensajes en contra que recibió a partir de ciertas modificaciones que había resuelto respecto a los términos de uso del servicio, la red social dio marcha atrás a sus reformas. Pero sólo por el momento.

Recordemos que unas semanas atrás el alud de indignación estalló cuando apareció la noticia referida al derecho de por vida que Facebook tendría respecto a la información y a los datos personales de sus usuarios, incluso aunque el usuario diese de baja al servicio. Algo que “supuestamente” no sucedía hasta ahora y que “supuestamente” no sucede con otras redes de la misma envergadura, como por ejemplo MySpace.

Pero no todo es tan así. En realidad, ya una de las cláusulas de los términos de uso sostenía que el gigante de las redes sociales podía apropiarse “de manera irrevocable y a perpetuidad” de la información del usuario. Pero en otro párrafo aseguraba que si el usuario borraba el contenido de su perfil o abandonaba la red, el uso de dicha información por parte de Facebook expiraría (digamos que son dos opciones contradictorias, pero bueno, es como figuraba).

El tema es que este último párrafo fue quitado de los términos de uso el 4 de febrero, con lo que queda asegurada la utilización en forma indefinida de la información del usuario, aunque este dejase de ser parte de la red social. Digamos que es una forma de legalizar algo que actualmente ya está sucediendo, ¿o no?

Frente a la ola negativa que surgió en todas partes, el joven fundador de la red, Mark Zuckerberg, quiso ponerle a su manera un paño frío al asunto y sacó un artículo en su blog en el que asegura que “por ahora” los términos de uso iban a ser los mismos que había antes de las últimas modificaciones del 4 de febrero.

Esas dos palabras son claves: “por ahora”. Esto significa que no van a quedar estos términos de uso por mucho tiempo sino hasta el momento en que vean de qué manera pueden lograr lo mismo pero sin levantar la polvareda que acaban de levantar. El mismo Zuckerberg aseguró en la nota que “la próxima versión -refiriéndose a los términos de uso- será una sustancial revisión desde la perspectiva que tenemos ahora” y que estará escrita “en un lenguaje que todos puedan entender”.

Lo que significa ni más ni menos que va a ser lo mismo pero con diferentes palabras, y que además, menosprecia a gran parte de sus usuarios, por no decir a todos, al referirse al “lenguaje que todos puedan entender”.

Si bien es cierto que gran parte del material que se carga en Facebook o en cualquier otra red social no desaparece cuando nosotros la sacamos de la red (tengamos en cuenta que lo compartimos con muchos contactos, de los que muchos hasta suelen ser desconocidos), tampoco es justificable y para nada lógico que esa información siga estando en manos de la compañía cuando nosotros decidimos darle de baja al servicio, algo que lamentablemente está sucediendo en la actualidad, pero en forma encubierta. ¿O quién cree que en cuanto alguien le da de baja al servicio enseguida van a borrar todos los archivos y datos que tengan de esa persona?

Pero como sabemos, no siempre se sigue la lógica y en cada oportunidad que sea conveniente, se encuentra alguna justificación -aunque no sea la más apropiada- para todo, por eso más vale que comencemos a tener en cuenta algunas cuestiones, como cuidarnos del contenido que subamos en estas redes y leer bien y con cuidado las letras chicas que aparecen en los “términos de uso” de los servicios a los que accedamos.

Parafraseando una frase de nuestros abuelos, no todo lo que brilla es oro. Y si bien las redes sociales hoy resplandecen ante los millones de usuarios que las conforman (en donde me incluyo), permitiéndonos acceder a un mundo virtual hasta hace unos años impensado, también tienen su lado oscuro.



Por Analía Lanzillotta, el 22/02/2009.

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